- Políticas
Culturales en la Educación Superior
La cultura no requiere pasar por ningún tipo de
aduana o certificación para ingresar a la universidad. Una y otra se
realimentan en la fusión de proyectos compartidos que expresan los sueños de
una sociedad y la medida de sus aspiraciones. Desde hace siglos, el espacio
universitario se configura como un nicho creativo de la civilización, la
civilidad, los derechos y las libertades. Las profundas y aceleradas
transformaciones por las que atraviesa el país y el mundo en los ámbitos de la
política, la sociedad, la economía y la cultura demandan la reflexión y
construcción de nuevos escenarios, en los que el compromiso de las
instituciones de educación superior trascienda hacia la formulación de
políticas públicas de cultura para dicho sector, que reconozcan esos desafíos y
les permitan a las universidades del país ser actores culturales de primer
orden, de cara a la solución de las problemáticas del desarrollo de los
territorios en los que se inscriben, la formación de nuevas ciudadanías,
sustentadas en el sentido del respeto y valoración de los derechos culturales,
antesala para la construcción cotidiana de un mundo incluyente, en equidad y coexistencia
pacífica (apartes del texto «Políticas culturales para la Educación Superior en
Colombia ¡Nuestro proyecto común!»).
- Ciudadanía Cultural en la Educación Superior
En la actualidad, el concepto de ciudadanía es un
tema de gran interés para las ciencias sociales, políticas y humanas, como
también, para el medio académico, en torno a la transformación de las
sociedades contemporáneas y al debilitamiento de las fronteras nacionales como
parte de la globalización. De ahí que su
significado esté en constante cambio de acuerdo con las situaciones de la
región, como, por ejemplo: la migración y el multiculturalismo, la expansión de
los mercados, la inmediatez de la información, la crisis de los estados
modernos, el neoliberalismo, entre otros, además del deseo o el temor al cambio
por parte de los ciudadanos en general (Giraldo-Zuluaga, 2015, pág. 79).
Bajo este panorama, el concepto de ciudadanía
cultural se aleja de la instrucción de la norma para establecer un proceso de
resignificación de las concepciones establecidas por parte de los ciudadanos,
que les permita comprender el entorno social desde la libertad, la autonomía y
el deseo de cada persona, para responsabilizarlos de los comportamientos que
ponen en riesgo la estabilidad
individual o colectiva de la sociedad en general; todo ello para que las
acciones de los estudiantes sean ejercidas desde el bien común y no desde la
obligación de la norma, comprometiéndolos con el destino de la sociedad a la
que pertenecen (apartes del texto «Ciudadanía Cultural, una propuesta
curricular para flexibilizar los planes de estudio en la educación superior de
Antioquia»)
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